La pregunta que no tiene respuesta
se convirtió en un sauce
verdísimo y todo su alredor
canta. Su entraña es
aire, también agua, pasado
de alguna luna que pasó.
En su madera más sutil
el tiempo lloró mucho.
Se apagaban los brazos,
los perros en el fondo,
ay
es que no pudieron decir ay.
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